Yermín Mercedes, por sus deficiencias defensivas, y César Valdez, por el largo trecho que estuvo fuera del sistema de MLB, pudieran bien ser parte de la preselección dominicana que desde hoy se entrena para el preolímpico, repleta de veteranos estelares de la Lidom.
Pero no. La dupla, que ha puesto a gozar al liceísmo por más de un lustro, quisiera que lo vivido en esta primera semana de Grandes Ligas se estirara hasta septiembre. Los expertos en motivación pueden tomar sus casos para estimular a cualquiera que esté por rendirse.
De mantenerse en róster la campaña completa, los US$570,500 y US$576,500 que cobrarán Mercedes y Valdez, respectivamente, será, por mucho, el mayor ingreso que han tenido en su carrera.
El fugaz debut de Mercedes llegó a los 27 años, con un turno en agosto pasado. Solo 64 (un 7,9 %) de los 813 dominicanos que pisaron las mayores hasta 2020 tenían 27 años o más a la hora de estrenarse.
Mercedes, cuya habilidad para batear y elevada autoestima han sido incuestionablen, se ha ido de 23-13, con tres dobles, un jonrón y seis vueltas impulsadas, y una línea ofensiva de .565/.583/.826. Un trecho donde conectó por terreno de nadie en sus primeros ocho turnos, lo que no se lograba desde 1900.
Si las oportunidades son calvas, el romanense ha apretado esta con las dos manos, y no está en soltar la que le ha dado Tony La Russa. La suya ha llegado como bateador designado, por la lesión de su compatriota Eloy Jiménez.
Firmado por US$20 mil en 2011 por los Nacionales cuando tenía 18 años, costó tanto mostrar talento que agotó las tres temporadas que permitía la Liga de Verano (2011-2013) sin que desde Washington se interesaran en llamarlo a los Estados Unidos.
Dejado libre, jugó en tres equipos de dos ligas independientes en 2014, y el Licey lo tomó en el sorteo de novatos de ese año en la ronda 17 con el pick 98. Los Orioles lo reclamaron en el “draft” de Regla 5 de ligas menores de diciembre de 2014 por US$4,000, y estuvo entre Clase A y Doble A del club hasta 2017 cuando los White Sox lo ficharon, pensando como un receptor sustituto.
Valdez, firmado en 2005 por los Mets, ya con 20 años y solo US$7,000, trepó al “Big Show” en 2010 con los Diamondbacks que les permitieron trabar 20 entradas, pero no fue vuelto a llamar otra vez, y entre 2012 y 2015 su carrera giró por destinos como México, Venezuela y Taiwán, los caminos que se toman cuando en la Gran Carpa parecen cerrarse.
Los Astros lo reclutaron en 2016, y lo mantuvieron en Triple A.
Entre Oakland y Toronto, volvió a ser parte del Gran Circo por 30 episodios en 2017, y regresó en el 2020 con los Orioles. Baseball-Reference le calcula 1,886 entradas de trabajo en todos los niveles que ha estado en una carrera de 15 años.
Valdez, terror de los bates aguiluchos, ha comenzado tan bien como lució en los campos de entrenamientos, tan dominante como ha estado en la Lidom por más de una década, incluyendo la pasada Serie del Caribe.
Ha aparecido en dos partidos, dos entradas de un hit, una base, dos ponches y dos partidos rescatados para Baltimore.
Si a los 27 años, su futuro parecía lejos de la MLB; a los 36, se ve la mejor versión suya.